Cuando nos hicimos Leones, embarcamos juntos en una trayectoria. Todos iniciamos un recorrido de servicio, siendo altruistas, llevando esperanza a nuestras comunidades, cambiando la vida de las personas a las que servimos y cambiando, de paso, nuestra propia vida.
Pero en muchos aspectos, el servicio en sí es una trayectoria. No es algo que se limita a un solo día y no termina cuando acaba un evento, sino que se trata de un ciclo de aprender, hacer y celebrar, para poder seguir consolidando nuestro trabajo y ampliando nuestra capacidad de servicio.
Cuando nos enteramos de la existencia de un problema, como puede ser una epidemia de diabetes en nuestra ciudad natal o que la población local necesita atención médica, empezamos a pensar de qué manera puede ayudar nuestro club. Investigamos un poco, nos comunicamos con las personas que conocen el problema y nos informamos más sobre las necesidades y los obstáculos que podrían presentarse en el camino. Este es el aprendizaje y descubrimiento previo a la acción, que hace que el servicio que prestamos sea mucho mejor, porque lo ofrecemos estando mejor informados y preparados y, por ello, es además más efectivo.
Presentar informes de lo que hacemos y compartir nuestras historias es asimismo un componente clave para que el movimiento siga en marcha. Una cosa es hacer una buena obra, y otra cosa hacer una buena obra y compartir la historia del servicio con otras personas que pueden apoyar esa causa o incluso participar en el servicio, todo porque se inspiraron en la historia.
Recuerde que todos estamos juntos en esta trayectoria. Todos convergemos en un mismo objetivo: un mundo mejor, pero estamos tomando caminos diferentes para llegar hasta allí. Y el proceso de llegar allí es tan importante como el destino. ¿Cuál es su trayectoria?
Explorar la trayectoria de servicio
Gudrun Yngvadottir es la Presidenta de la Asociación Internacional de Clubes de Leones.
Esta historia se publicó originalmente en la edición de enero de 2019 de la revista LION.
