La primavera y el verano pasados, mi buen amigo, el León Bjørn Skovly, viajó en bicicleta desde Veitostrond, Noruega, hasta Uganda, África, para recaudar fondos para su proyecto, una nueva escuela vocacional. También quería crear conciencia sobre las necesidades de los niños, pero ha hecho mucho más que eso.
Si tenemos salud para hacerlo, no hay razón para que la edad nos impida realizar nuestros sueños.
Durante los últimos 20 años, he estado en África más de 30 veces para observar proyectos de los Leones como líder de Lions Aid Norway. Y he visitado los proyectos del León Bjørn en los barrios marginales y he visto de primera mano el impacto que ha tenido.
Su proyecto, como socio del Club de Leones de Lustre, empezó en 2015 con la distribución de mosquiteros para salvar la vida de los niños de Uganda, pero se ha convertido en algo más. Desde que el León Bjørn visitó Uganda por primera vez en 2010, quedó prendado de este país. Como presidente del Consejo de Gobernadores de los Leones de Noruega, pudo experimentar el país y todas sus necesidades un poco más tarde.
Emprendió un proyecto para ayudar a las hijas de madres solteras infectadas con el VIH de los barrios marginales de Kampala. Ahora proporciona educación, alimentos y servicios de salud a 1.000 niños como alternativa a una vida sin futuro. Además, las madres reciben medicación para que puedan vivir con mayor seguridad.
Sin embargo, no se detuvo ahí. La educación superior es costosa en Uganda, y aquellos que pueden permitírselo están encantados de que sus hijos estudien en la universidad. Lamentablemente, muchos acaban en el paro después. En contraste, hay una gran escasez de trabajadores cualificados en el país. Es por eso por lo que el León Bjørn ahora está dirigiendo un proyecto para construir una escuela vocacional que ofrecerá a los jóvenes de los barrios marginales y áreas pobres una educación sostenible que los ayudará tanto a ellos como a sus familias. Para llevar a cabo este proyecto, necesitaba recaudar 2,5 millones de coronas noruegas (NOKS).
La respuesta del León Bjørn para llamar la atención sobre los Leones y el proyecto en Uganda fue montar en bicicleta. Pero no para hacer un viaje pequeño, sino que empezó en Førde, en el oeste de Noruega, y siguió pedaleando hasta Kampala. En este viaje atravesó Europa hasta el extremo sur de Italia, unos 4.000 kilómetros, y luego continuó otros 1.600 kilómetros en el este de África. Recaudó 1,5 millones de coronas noruegas, y gran parte de este monto provino de los clubes de Leones de Noruega.
Ahora el León Bjørn y dos amigos están haciendo el viaje de regreso a casa en bicicleta. Después de viajar por Uganda, Kenia y Tanzania, el viaje continúa desde Marruecos a través de Europa y de regreso a Veitastrond en Luster, donde reside. Con la gira de conferencias que está planeando para los clubes de Leones de Noruega, llegará a casa el 1 de octubre. Debe asegurar el último millón de coronas, pero está tan seguro de que puede hacerlo que el trabajo para construir la escuela ya ha comenzado.
El León Bjørn cumplió 74 años el día después de completar su viaje en bicicleta frente al Parlamento en Kampala. Él sigue siendo claro en su mensaje: si tenemos salud para hacerlo, no hay razón para que la edad nos impida realizar nuestros sueños. Su sueño es que cada año se formen 200 estudiantes en Uganda porque el país necesita estos conocimientos. Ahora ve que su sueño está a punto de realizarse.
Nosotros, como Leones, debemos permanecer activos en el servicio y dar nuestro tiempo, trabajo y medios para crear un mundo mejor. En las normas ética de los Leones, decimos que debemos hacer un esfuerzo activo para mejorar las condiciones de la sociedad y ayudar a los necesitados. “Para mí”, dice el León Bjørn Skovly, “se ha convertido en lo más importante de mi vida”.
El Exdirector Internacional León Svein Berntsen, es socio del Club de Leones de Askøy de Noruega.
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